Para mí, una boda siempre es motivo de celebración, pero si la boda es de tu prima y el mejor novio que ha podido encontrar la emoción se dispara.
Rebeca y Carlos se conocieron en una discoteca de Valencia hace ya 10 años. Tras una larga relación que todos los que conocemos a la pareja hemos visto crecer poco a poco hasta lo que es a día de hoy, los novios decidieron casarse en la Basílica de la Virgen de Valencia el 28 de septiembre de 2013.
Los novios
Uno de los mejores recuerdos que tengo de mi infancia es jugar a princesas con mi hermana y mi prima los sábados por la tarde después de comer en casa de mi abuela. Mucha gente nos pregunta cómo se juega a eso. Muy fácil. El juego consistía en ponernos faldas largas que mi abuela conservaba de cuando mi tía era pequeña, collares de perlas falsas como si fuéramos discípulas de la mismísima Coco Chanel e imitar lo que veíamos en las películas de Disney.
Lo que nunca nos imaginamos era que algún día veríamos a Rebeca vestida como una princesa de verdad. El vestido que lució en su gran día de la firma Aire Barcelona fue casi la primera opción. Lo vimos en un desfile, era de los últimos en salir, y enseguida supimos que era ese. Pocos días después, Rebeca visitó el atelier con su madre y se hizo con él. A partir del vestido fueron acoplando el resto de los detalles: los zapatos, los pendientes (regalo de sus padres cuando se graduó), el tocado…
El peinado fue fácil. El pelo rizado de la novia es una de sus señas de identidad, por lo que optó por recogerlo con unas pequeñas peinetas durante la ceremonia que le quitamos después para darle un look más natural y fresco. Otro de los rasgos que la caracterizan son sus ojazos verdes, que fue lo que resaltamos con el maquillaje sin renunciar a la naturalidad.
El novio era para mí más misterio que la novia. Siempre tan reservado y discreto, de Carlos solo vi una pequeña foto en el móvil de una de las pruebas del traje, pero estaba claro que el azul y el gris eran sus colores. ¡Todo un príncipe azul!
La Ceremonia
Se casaron en la Basílica de la Virgen de Valencia, un lugar emblemático de la ciudad y perfecto para ellos. El coche de la novia lo conducía uno de sus primos que además de primo se ha convertido en un buen amigo de la pareja y las encargadas de las lecturas fuimos mi hermana Laura y yo misma. Fue una ceremonia muy emotiva que seguro que todos recordaremos. A la salida de la iglesia, una lluvia del tradicional arroz y pétalos de rosa preparados con mucho cariño por la madre de la novia se repartieron a todos los invitados que no tardaron en rociar con ello a los novios.
El Cóctel, el Banquete y el Baile
El lugar de celebración fue El Molino Real, un antiguo molino restaurado a las afueras de Valencia. Mientras los novios se hacían las fotos en el casco antiguo de la ciudad, los invitados iban abriendo boca con un maravilloso cóctel. Una traca típica valenciana anunció su llegada.
La comida fue en el salón favorito de la novia. Como buena arquitecta, se decidió por él por sus formas modernas y luminosas.Además, un árbol que se encontraba dentro del salón aportando algo diferente terminó de enamorarla. El baile se prolongó hasta la noche cuando el espacio fue iluminado con luces en un tono violeta precioso.
Y con esta boda tan especial para mí queda inaugurada la temporada de novias 2014. ¡Qué vivan los novios!
Hasta la semana que viene,
Lucía
Nadie lo hubiera contado mejor!
Simplemente me encanta. La próxima boda de cuento la tuya…
Mil gracias!!
Que recuerdo más bonito chicos!!!!! A ver si nos vemos pronto. :))
Me encanta!!! muy bonito lucia